Daniel Goleman, publicó en 2006 la segunda parte de su tan conocido ensayo «Inteligencia emocional». Hace una revisión de su best-seller ahondando, con su característico estilo divulgativo, en las nuevas corrientes científicas que apuestan por incluir el entorno y dejar de percibir al ser humano como un ente aislado.
Crítica el determinismo genético. La genética puede orientar la forma como es una persona, pero el individuo y la sociedad pueden ser moldeados por el entorno en el que habitan a lo largo de su vida. Muestra de todas formas como también existe una curiosa similitud entre nuestras relaciones actuales y nuestros primeros apegos.
En uno de los ejemplos que cita Goleman, encontramos que en cierto experimento, se demuestra bajo condiciones controladas de laboratorio como, aquellas personas expuestas a un virus determinado que mantenían relaciones sociales, eran hasta 4 veces menos propensas a padecer cierta enfermedad que aquellos con relaciones menos gratificantes. Algo ciertamente paradójico.
Las relaciones que mantenemos influyen en nuestro estado de ánimo, el ensayo pone de relieve, como las alteraciones que sufrimos a nivel emocional afectan directamente a nuestro cuerpo y como la presencia social positiva ayuda a curar a los pacientes. Para curar, dice Goleman, el paciente necesita algo más que cuidados médicos. Por ello, añade, lo que realmente diferencia a los buenos médicos del resto tiene que ver sus capacidades de empatizar o comprender al enfermo.
En cuanto a la educación, apunta como el rendimiento de los alumnos depende también del rapport y de la conexión o empatia con el profesor, que aumenta, por ejemplo, con el humor que éste mantiene con ellos. Añade Goleman que, cuando el alumno percibe un interés real del maestro por él se observa como el rendimiento del estudiante aumenta.
El ensayo aborda también cuestiones que van más allá de la educación en la escuela, ya que habla de la integración de las reos en la sociedad y de como afecta su estancia en entre muros. Propone alternativas al simple confinamiento en centros penitenciarios, algunas interesantes ya puestas en marcha en varios países.
Ahonda en un tema de tanta actualidad y vigencia como la relación entre personas, la relación con lo que él denomina «ellos» frente al nosotros, que causa tanto sufrimiento en las personas independientemente del color de las banderas que defienden.
Alberto Díaz
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